Para mantenerte en forma, es importante cumplir con la cantidad mínima de ejercicio semanal recomendada. A continuación verás las claves para lograrlo.
Al decidir empezar a hacer deporte para ponernos en forma, surge una pregunta común: ¿Cuánto ejercicio debemos realizar semanalmente? A menudo, caemos en el error de preocuparnos excesivamente y pensar que un día sin entrenamiento es un día desperdiciado. Sin embargo, esto no es correcto. Debemos recordar que nadie tiene el tiempo (y, seamos honestos, tampoco la motivación) para entrenar todos los días de su vida.
Todos tenemos obligaciones además de nuestras rutinas de entrenamiento: trabajos, familia, amigos, proyectos personales y tiempo para el ocio. Encontrar el equilibrio entre todas estas responsabilidades no siempre es fácil y, en ocasiones, parece que es imposible abarcarlo todo. Habrá días en los que podremos entrenar una hora y media, otros en los que solo 45 minutos, y algunos en los que será completamente imposible realizar ejercicio. Y eso está bien.
Además de nuestras rutinas de ejercicio, todos enfrentamos otras responsabilidades como el trabajo, la familia, los amigos, los proyectos personales y el tiempo de ocio. Lograr un equilibrio entre todas estas obligaciones no siempre es sencillo y, en ocasiones, parece que no es posible cumplir con todo. Habrá días en los que podremos entrenar durante una hora y media, otros en los que solo 45 minutos, y algunos en los que será completamente imposible hacer ejercicio. Y eso es perfectamente aceptable.
- Entre 75 y 150 minutos de ejercicio intenso, en el cual no podamos hablar con facilidad y nuestro ritmo cardíaco alcance aproximadamente el 80% de su máximo.
- Entre 150 y 300 minutos de actividad moderada, donde el ritmo cardíaco se mantenga entre el 60% y el 70% de su capacidad máxima.
Por supuesto, podemos ajustar esto según nuestras preferencias, combinando tanto ejercicio intenso como moderado. Solo debemos recordar que cada dos minutos de actividad moderada equivalen a un minuto de ejercicio de alta intensidad.
El ejercicio no debe limitarse únicamente al entrenamiento cardiovascular; también es crucial incorporar entrenamiento de fuerza para mantenernos en forma y gozar de buena salud. Este tipo de entrenamiento debe realizarse al menos dos veces por semana. Contribuye a fortalecer los músculos y huesos, así como a mejorar la movilidad, aspectos esenciales a medida que envejecemos.
Cómo abordar diferentes aspectos del fitness para mantenernos en forma:
¿Cuál es la estrategia más eficaz para trabajar diversos aspectos de nuestra condición física? La clave es integrar entrenamiento cardiovascular y de fuerza en las mismas sesiones mediante entrenamientos híbridos. Para esto, utilizaremos pesos ligeros, realizando más repeticiones o intensificando los ejercicios para elevar nuestro ritmo cardíaco mientras desarrollamos músculo. Además, es fundamental incluir ejercicios compuestos que involucren múltiples grupos musculares simultáneamente.
Este enfoque nos permitirá ahorrar tiempo sin sacrificar nuestro progreso o ganancias musculares. Ejercicios como sentadillas, zancadas, burpees y devils press son ejemplos efectivos.
¿Qué pasa si omitimos días de entrenamiento?
No hay problema. A menos que tengamos metas de rendimiento muy específicas, no es necesario compensar las sesiones perdidas; es decir, no debemos hacer el doble de ejercicio al día siguiente si no entrenamos un día. Esta mentalidad no es saludable ni para el cuerpo ni para la mente.
Sin embargo, es importante evitar que esto se convierta en un hábito. A menudo cometemos el error de continuar perdiendo días si fallamos uno, pero aunque es normal en semanas ocupadas, no debe convertirse en nuestra rutina. Si la semana ha sido particularmente estresante, también podemos hacer ejercicio durante el fin de semana para seguir obteniendo beneficios.
Nuestra motivación puede variar y es probable que haya momentos en los que entrenemos menos. Sin embargo, cualquier tipo de ejercicio, aunque sea breve, será beneficioso. No siempre es necesario pasar horas en el gimnasio; a veces basta con correr, caminar, jugar un partido de pádel con amigos, bailar en casa o practicar actividades más tranquilas como pilates o yoga.
Lo más importante es definir nuestro propio concepto de fitness, en el que el ejercicio sea una fuente de disfrute y bienestar, no una carga. Con cumplir con la cantidad mínima de ejercicio recomendada por la OMS en la mayoría de las semanas, será suficiente.